El pasado martes 16 de marzo, Javier Campos terminaba su recorrido de más de 14.000Km por la geografía Española, tras culminar su proyecto invernal de ascender el pico más alto de cada una de las provincias del estado, que inició el 21 de diciembre en el Mulhacén. El proyecto, aunque muy conocido, cobra especial dificultad en la época más fría del año, y en especial en el invierno histórico que hemos vivido. Él mismo nos resume su aventura.

Para empezar con las cifras, cabe recordar que estar en el punto más alto de las 50 provincias implica subir 45 montañas, ya que cinco de ellas se pueden considerar “montaña comodín” al ser simultáneamente la cima de dos provincias. Es el caso de Peñalara, Moncayo, Gorbea, Peña Trevinca y Torrecerredo. Pero, más allá de este detalle técnico, hay otras cifras que ayudan a comprender la dimensión del proyecto.

Han sido 14.000 km de carreteras en busca de los momentos propicios para cada montaña, 32.500 metros de desnivel positivo acumulado, 88 días de viaje, 6 controles de movilidad ocasionados por las restricciones de la pandemia, 36 compañeros ocasionales (habrían sido muchos más de no ser por el estado de alarma), casi 250 horas efectivas de actividad

Javier Campos en el tramo final de Torrecerredo. Foto: Joaquín Álvarez©.

En un proyecto con tantos objetivos, era fundamental aprovechar al máximo el tiempo. Para ello las primeras dos semanas fueron una auténtica carrera para “tachar” la mayor cantidad posible de cimas accesibles en el sur y el levante. Eran días de tiempo estable, poca nieve y rutas sin dificultad técnica.

Para la gran mayoría de la gente, la llegada de Filomena podría marcar el devenir del reto, pero en realidad algunos días antes la península ya se había cubierto de nieve. Llegaron ascensos muy fríos como el del Canchal de la Ceja (Salamanca) a -18° o el Mogorrita (Cuenca) a -15°. Pero, sobre todo, hubo que pelear con cantidades de nieve inmisericordes que multiplicaron las horas de ascensión en casi todas las montañas. (Moncayo 10 horas, Almanzor 14 horas, Peña Trevinca 11 horas…).

Así quedó el Racetracker de Javier Campos, plagado de cimas.

Un respiro en las islas

Por suerte, tanto el ascenso al Puigmajor en Mallorca, como los de el Morrón de la Agujereada en Gran Canaria y el Teide en Tenerife, se convirtieron en pequeñas vacaciones dentro de esta locura de kilómetros, borrascas, noches de furgoneta y comidas precarias… pero faltaba el esfuerzo final que incluía los Pirineos, Galicia y la cornisa cantábrica. Mucho trabajo para una estación tan inestable.

Mal tiempo, prisas y esfuerzo final

La llegada a Galicia coincide con un frente lluvioso que me detiene durante una semana. El margen ganado durante el principio del invierno empieza a desaparecer y el calendario se va ajustando. Cumbres fáciles como el Pilar, Faro, Aitxuri, Gorbea… se van intercalando con otras más comprometidas como Peña Prieta Sur, la Mesa de los Tres Reyes, el Mustallar o la Torre Blanca.

Faltan 10 días para el final del invierno y el tiempo no da muchas esperanzas, de modo que no me queda más remedio que encadenar las cimas de la Pica d´Estats y el Aneto en poco más de 24 horas para afrontar la escalada de Torrecerredo en unas condiciones invernales espectaculares. Por suerte, la última semana del invierno me regala una escueta ventana de buen tiempo que aprovechamos para culminar la interminable cabalgada invernal en la cumbre de los Picos de Europa.

Definitivamente, las grandes aventuras no siempre están tan lejos como creemos. En un país lleno de montañas como el nuestro, siguen existiendo retos y opciones para todos los gustos. En este caso nada menos que 50.

Javier Campos:
@JaviCampos2014
http://javier-campos.org/
Fuente:Desnivel